Te pareces tanto a él...

Miriam no pudo expresarlo de mejor modo. Tenía miedo de querer de nuevo a una persona porque se parecía demasiado a la anterior que la había dejado por el piso. Pero a mí no me complican los fantasmas pasados. O sea, que no le da ni para espejismo ni para débil recuerdo al señor pasado.
En realidad, me gusta el título de la canción y si esto lo extrapolamos, resulta que yo me parezco tanto a ella, a mi madre.

La alarma comenzó un día que me sorprendí a mi misma friendo carne con una toalla en la cabeza. Obvio, tenía el pelo recién lavado. Esa debe ser la medida de autocuidado más idiota del planeta, pero ese es la carn à la sylvie.

Al igual que ella, descubrí mi vocación subversivamente combativa, que en buen castellano significa tragarme los marrones sin reclamar. Porque aunque me duele y molesta, eso de armar escándalo no es lo mío. Quizás por eso a ninguna nos llama la atención la farándula y aborrecemos la bajeza en política.

Ayer llamó la Isabel. Quería hablar con la Carola, pero terminamos discutiendo los precios de las manzanas. Yo digo que $500 el kilo es outrageous. Ella me dice que no. Yo digo que algunas dueñas de casa del barrio alto botan la plata (lo pienso, en realidad, no se lo comunico).

"Tenía tus manos, tu mirar, tu candideeeez..."

Hambre de ti

El Amador ladra todo el día en mi cabeza. Me hago la típica pregunta de dinámica de autoconocimiento de colegio católico del estilo si se hunde un barco y puedes salvar a una sola persona... pero es ¿Y si me quedo sin sentido del gusto -una realidad incipiente- por cuál de los cuatro restantes cambiaría esta desgracia?

Me acuerdo de los vizio y de la pretensión aún no cumplida de comerme una caja grande sola, de los membrillos con sal o del dulce, recorro con la memoria los pasillos surtidos del supermercado y el puestucho pintoresco de las aceitunas de til til. El sandwich de carne con queso caliente del estadio español, de la confitería torres, las alemanas, la fuente alemana, el casino de una pega que dejé, y de los lugares que aún no visito.

Pienso en el tarro de cola cao, los media hora, en el queso condensado de las hamburguesas, en el cerdo agridulce medio crocante, el fondo de la alcachofa, las albóndigas, los plátanos fritos con canela, las avellanas europeas, la fideua, la empanada de ostiones con queso de tongoy, en fin, amores, sabores, don bouchon y esta fiebre maraca que me tiene el buen sentido anestesiado, aunque pensándolo bien, capaz que el problema sea el olfato o el propio cerebro.
Suficiente.

Comer, beber, bloguear

Mircea Eliade lo dice en el prólogo de su obra sobre la concepción del tiempo que tenían los hombres primitivos. Algunos historiadores extienden el argumento hasta las culturas que tienen algún sentido lineal del devenir, entre los que se cuentan grandes maestros.
Particularmente uso una figura distinta, pero el hecho es que al final del día la recomendación sigue siendo la misma que cuando empezamos con lo de los pesebres: comer, beber, bloguear. Aunque han pasado algunas lecturas desde el festín aquel y puedo recomendar el método de enseñanza del estagirita --aunque realizado en una ciudad menos amable como es Santiago y ojalá con calcetines de por medio-- volvemos a lo mismo mismito.

Por qué digo todo esto en un blog sobre pelmazos y citas: porque me di cuenta de que soy una sole. Cosa que nos transporta a una de las interrogantes más estériles de toda la vida. A saber, si la gente que nos cae mal nos cae mal de verdad o le tenemos envidia o simplemente no queremos que se nos pegue su cáncer gregario.

Dicho de otra manera, que si yo tengo un blog que se llama dating freaks, algunos otros podrían tener uno que se llamara dating montse, donde saliera a relucir mi comportamiento social lamentable, tembloroso, torpe, inseguro, inadecuado y penoso.

Como sea, hoy soy una sole. Por suerte no es sábado. Pero mañana sí va a ser. Así que antes de que se me acuse de cualquier cosa (tengo la media alma de inquisidora, así que no debo esperar por otra persona más que yo con el cuento de la primera piedra)me voy a imponer por lo menos un régimen diario de aquello que a tantos ha inspirado.
Salud.

Chocolate en polvo

Como chocolate, pero en pequeñas partículas crocantes (le ponen azúcar, aceite y lecitina de soya). Alivia en los momentos precisos de ansiedad, quita el hambre, se metaboliza rápido; pero como se dice por ahí, de acuerdo a la legislación vigente, este alimento "con sabor a..." es un "sucedáneo de..." Es como el amor en suspenso, atomizado. Está listo para prepararse, es un poco rico, un poco satisfactorio y un poco falso.

Divagaciones mientras corrijo exámenes y descubro con horror no que los cabros son tontos, sino que no sé hacerles entender el mensaje.

Peor

- Te impresionaré con mis conocimientos.
- Jijiji (No, si con tus 38 y viviendo con tu madre estoy como paralizada, por el miedo).
- Hice una selección de películas, tú diras cuál quieres ver.
- Ay, Peter Sellers, la Pantera Rosa... Ah, qué amoroso, está grabada de Canal 13.
- Las tallas se traspasan perfecto al español. Notable.
- Castellano, querrás decir.
- ¿Mmh?
- Castellano, de Castilla, el español por definición no existe.
-
¿Más vino? Notable...
- (Dime, Horacio, ¿de verdad te pegaste la molestia de comprar más vino?)
Ya, gracias.
- De lujo, mira, cabernet Don Matías, de año par. Notable.
- (Mmh, si mi memoria no me engaña...) Riico. Ricas también las galletas de soda.
- Qué neto que te gustaron. Notable. Eemm, bueno, son 2 mil pesos.

Se piensa (los hubiera)

El Doctor nos mostraba un mundo paralelo donde uno vivía según las decisiones que había desechado. Si en vez de estudiar historia hubiera optado por filología o si comprometida de por vida con azucena en lugar de rosa y tal.
Y acá están bullendo al mismo tiempo ambos escenarios. No todo son encrucijadas. Ojalá lo fueran. San Agustín no tendría cabida en todo esto, ni menos el comerciante de la vianda salada de la que habla Aristóteles.
Si me hubiera atrevido a mandarte a la chucha hace tantos años, capaz que me respetaras. Si no hubiera salido de vacaciones, mantendría un trabajo que me asfixiaba. Si hubiera terminado de estudiar, ahora figuraría dentro de cierta lista de becas (y sin parientes políticos de por medio!!). Si no hubiera tomado trioval hubiera conocido Barcelona. Y así.
Me pregunto qué hubiera pasado si te decía que te quiero.

Otra más

-Yujuuu?
¿Sam?
-
- Holaaa, andas por ahíii?
- (Quién chu..)
- Ah, parece que no estáss
- (Pucha, en fin, será) Hola, estem, (nick indescifrable), ¿novia?
- Síiii! Ay, ¿cómo supiste que me caso?
- Felicidades, qué alegría.
- Sí, sorry por no haberte contado antes, pero me tiraron anillo hace poco.
- No, si no hay problemas, mmh, ¿Luisa? (¿Luisa? ¿La niña ésta que le decían la "diente por medio"? Parece que no la veo desde esa comida hace cuatro años).
- Sí, estoy chocha.
Pero basta de mí... ¿Cómo andas tú?
- Mira, bien, acá samsameando (como el mismísimo Gregorio Samsa. Debo enmendar)
- Bueno, ya es tiempo que te asientes definitivamente. Deja de coleccionar esos angelitos de porcelana. Te lo digo porque esto del matrimonio me ha dado una claridad especial sobre lo que es importante y lo que no en la vida. Juntémonos amiga querida, a ver qué puedo hacer por ti.
- Ojalá (la de silvio)