Miriam no pudo expresarlo de mejor modo. Tenía miedo de querer de nuevo a una persona porque se parecía demasiado a la anterior que la había dejado por el piso. Pero a mí no me complican los fantasmas pasados. O sea, que no le da ni para espejismo ni para débil recuerdo al señor pasado.
En realidad, me gusta el título de la canción y si esto lo extrapolamos, resulta que yo me parezco tanto a ella, a mi madre.
La alarma comenzó un día que me sorprendí a mi misma friendo carne con una toalla en la cabeza. Obvio, tenía el pelo recién lavado. Esa debe ser la medida de autocuidado más idiota del planeta, pero ese es la carn à la sylvie.
Al igual que ella, descubrí mi vocación subversivamente combativa, que en buen castellano significa tragarme los marrones sin reclamar. Porque aunque me duele y molesta, eso de armar escándalo no es lo mío. Quizás por eso a ninguna nos llama la atención la farándula y aborrecemos la bajeza en política.
Ayer llamó la Isabel. Quería hablar con la Carola, pero terminamos discutiendo los precios de las manzanas. Yo digo que $500 el kilo es outrageous. Ella me dice que no. Yo digo que algunas dueñas de casa del barrio alto botan la plata (lo pienso, en realidad, no se lo comunico).
"Tenía tus manos, tu mirar, tu candideeeez..."
Thursday, March 22, 2007
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