Hoy leí en una tienda de esas tan new age que el olor de las rosas de un cojín "es un aroma evocador que nos trae calma y luz a nuestra mente". Eso es mentira, porque por 45 minutos hoy vi la luz y no había olor a flores por ninguna parte. Sí estaba don Romano Penna.
Una vez, un escocés y protestante (obvio) me contó que el whisky azul es como beber agua pura de manantial. Le robamos un poquito a don Robert para comprobarlo (una tapita cada una. Nos bastó con eso y con toda la línea de Neruda que le pelamos al pobre diplomático. Era cierto).
Actualmente el escocés está demacrado y se amarga, más que el normalito rojo.
La semana pasada estaba cruzando General Mackenna (otro escocés más) y desconocí el paisaje, pero lo útil fue que me di cuenta que soy una sole de las otras. O una bessie. Pero no me calienta extender el razonamiento, así que hasta aquí quedamos.
Hoy viernes, estoy cumpliendo un viejo anhelo, que ya lo había experiementado antes, pero ahora de forma conciente.
Hay una señora que me llamó por un pituto cuando faltaban 13 para las 10 de la noche. La Rosa dice "bendito pituto que nos das de comer". Me gustó la frase.
Tengo sueños perturbadores todas las noches. Cuando me despierto los repito, como cuando uno espabila la noche antes de un examen importante y repite todo de memoria. Al minuto que los quiero interpretar se me olvida todo. Pero por lo menos sé que soñar con ahorcados no es buena señal y que consolar indica prodigiosas características morales.
Hace tres días vi un niñito que es tal como quiero que sea mi propio hijo (con rollitos en las muñecas y todo). Decidí que mi tercer cabro no se va a llamar Agustín, lo que me desconcierta por mi devoción al santo, pero me conforta por la aversión que provocan ciertos agustines en mi persona.
Por fin me estoy poniendo al día con Marco Polo, mi ángel de la guarda y mme de Pompadour (esto último gracias al doctor). Lo otro se lo debemos a cierta historiadora desde un paseo a Tongoy en que bebimos vodka limón... marca los gaiteros o los molineros. Esa noche, un viejo loco lindo salió a gritar a un balcón: "que viva la juventud" y previamente Valeria había varado.
Hay personas que ni siquiera se dan cuenta de la importancia que tiene su presencia fugaz en la vida de otros. ¿Te imaginas que uno mismo pudiera generar esto? Por el momento, los enumero: señor del museo familiar de Vicuña.
Friday, May 04, 2007
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