¿Es posible siquiera el amor a primera vista? Ésa parece ser la premisa de cada una de las amigas caritativas que te convidan a una cita a ciegas, con un tipo que, por cierto, "es un amor, pero ha tenido re mala suerte, entonces es un poco tímido..."
Yo, sigo seudoreligiosamente la ley de Barrín, que dice algo así como que nunca dos minas ricas salen juntas. Yo lo extrapolo a nunca dos hombres medianamente amables, inteligentes e interesantes salen juntos. Porque por algo a alguien hay que armarle el panorama.
Y eso, que es un principio de la antropología, digamos, se contraviene con resultados desastrosos. De ahí el nombre de la página.
Claro que no estoy acá para hablar de citas a ciegas desastrosas, sino de la mejor de todas: la inesperada, la mágica, la que despierta todas las fantasías, la que nos hace creer que un mundo hermoso es posible. Sólo dos veces ha ocurrido eso en la vida y las dos han sido con la miss Carmen de por medio.
Cómo olvidarte, señor. Cómo expresar que la simple visión de tus ojos azules nos hizo pensar en las bondades del matrimonio y en el privilegio envejecer junto a ti; de verte hacer actividades cotidianas: salir del mar, del auto (un jeep o nada); asistir casi sin aliento al momento en que tomas la copa de vino y haces un gesto encantador; o maravillarnos por la forma cómo tratas a tu perro (con el que sales a trotar todas las mañanas, obviamente).
Y bueno, te queremos contar que te hemos buscado innumerables veces en la web. Y que si apareces de nuevo en un boliche playero con una señora que no está a tu altura, haremos cualquier cosa para tener el mágico momento de intercambiar unas palabras contigo.
Señor, de esta cita a ciegas sólo nos cabe esperar con ansias por una segunda.
Tuesday, August 09, 2005
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